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ASESINO: Theodore Robert Cowell Bundy (Ted Bundy)

Theodore Robert Cowell Bundy (24 de noviembre de 1946; Burlington, Vermont - 24 de enero de 1989; Florida), más conocido cómo Ted Bundy, fue un asesino en serie estadounidense que mató a unas 100 personas , por lo tanto, lo sentenciaron en la silla eléctrica.
Bundy, que de joven espiaba a las chicas mientras se cambiaban de ropa y se interesó en pornografía y textos violentos, entró en el cuarto de la universitaria Joni Lenz, de 18 años, el 4 de enero de 1974, la golpeó con una palanca metálica y la violó con una pieza de la cama. Al día siguiente, el cuerpo de la chica fue encontrado en medio de una charco de su propia sangre y sobrevivió con un daño cerebral permanente. Bundy tenía 27 años.

ALGUNOS DE LOS ASESINATOS

Su siguiente víctima fue la estudiante de Psicología en la Universidad de Washington Lynda Ann Healy, de 21 años. Tan sólo 27 días después del primer delito, Bundy entró en su dormitorio, la dejó inconsciente con un golpe, la vistió de nuevo y la metió en una sábana. Esa noche nadie notó la ausencia de Lynda Ann hasta que sonó el despertador al día siguiente. La policía no pudo establecer ninguna conexión con otro crimen y no se tomaron mayores pruebas - había una funda de almohada, un par de sábanas y un camisón ensangrentado - ni estudios del escenario del crimen. Sus restos decapitados fueron encontrados un año después en una montaña cercana.

El 9 de febrero de 1974, la veinteañera Carol Valenzuela desapareció de Vancouver (Canadá) y su cuerpo no fue descubierto hasta el mes de octubre junto a otro sin identificar. El 11 de febrero de 1974, dos días más tarde de la desaparición de Carol, Nancy Wilcox, de 16 años, desapareció y su cuerpo nunca ha sido encontrado.

El 12 de marzo de 1974 fue Donna Mason, de 19 años, la que desapareció. Fue vista por última vez sobre las 19h, mientras iba a un concierto de jazz del campus. Un mes después, el 17 de abril, Susan Rancourt, de 18 años, caminaba por los jardines del Central Washington State College cuando desapareció. Había quedado con un amigo para ver una película alemana y nunca llegó. La última vez que se la vio fue a las 21h, cuando salía de una reunión con uno de sus asesores escolares.

Cuando Roberta Parks, de 20 años, quedó con unas amigas en la habitación de ellas para tomar café, nunca imaginaron que no volverían a verla con vida. Parks se encontró con un hombre aparentemente lesionado que le pedía ayuda para subir cosas a su coche. La ingenua chica le ayudó.

El 1 de julio de 1975, Shelley Robertson, de 24 años, decidió iniciar uno de sus acostumbrados viajes por el país practicando autostop. Sus amigos no se preocuparon demasiado cuando pasaron varios días sin verla. Testigos aseguraron haberla visto en una gasolinera hablando con un hombre que conducía un viejo camión. La próxima vez que se supo de ella fue el 21 de agosto siguiente, cuando su cuerpo fue descubierto por dos estudiantes de minería en el pozo de una mina cercana a Georgetown.

El 1 de junio de 1974, Brenda Ball, de 22 años, salió de la Taverna Flame en Burien (Washington) después de comentar a sus amigos que iba a buscar a alguien que la llevara a Sun City (California). La última vez que la vieron estaba hablando con un hombre con el brazo en cabestrillo. Sus amigos tardaron 19 días en darse cuenta de que nunca había llegado a su destino.

El 11 de junio de 1974 la víctima fue Georgann Hawkins, de 18 años y perteneciente a la fraternidad Kappa Alpha Theta de Seattle. Después de despedirse de su novio e ir a buscar unos libros para un examen de castellano, su compañera de habitación de extrañó de que tardara tanto en llegar y llamó al novio de Georgann, que le dijo que se habían despedido a la 1 de la madrugada. Preocupada, despertó a la encargada del dormitorio y juntas esperaron a Georgann hasta la mañana siguiente. Entonces llamaron a la policía e investigaron inmediatamente.

El 1 de julio de 1975, Shelley Robertson, de 24 años, decidió iniciar uno de sus acostumbrados viajes por el país practicando autostop. Sus amigos no se preocuparon demasiado cuando pasaron varios días sin verla. Testigos aseguraron haberla visto en una gasolinera hablando con un hombre que conducía un viejo camión. La próxima vez que se supo de ella fue el 21 de agosto siguiente, cuando su cuerpo fue descubierto por dos estudiantes de minería en el pozo de una mina cercana a Georgetown.

SU CAPTURA

Gracias a la descripción del asesino, una amiga cercana de Meg Anders lo identificó como Ted Bundy, de quien tenía muy mala impresión. Ya que el parecido era innegable, se lo hizo saber a su amiga, que irónicamente estaba al tanto de los crímenes y escribía regularmente reportes acerca del asunto. De hecho Anders llegó a convencerse de que su novio podía ser el asesino, pues muchas claves apuntaban directamente hacia él. El parecido de Ted con el croquis de la policía y el hecho de que conducía un Volkswagen sedan como el asesino era algo innegable. Además vio muletas en su casa, a pesar de que él no se había lesionado. Dada la situación, llamó de manera anónima a la policía sugiriendo que su actual novio podía tener algo que ver en las muertes. A pesar de que facilitó fotos recientes de Bundy a la policía, los testigos fallaron al tratar de hacer la correspondiente identificación. La policía desechó esa pista para enfocarse en otros informes. La atención hacia Ted Bundy se disipó hasta algunos años después. Mientras tanto, el asesino se confió en la estrategia de pasarse de un estado a otro, para evitar que la policía descubriera alguno de sus patrones. Así, sus intentos y avances fueron cada vez más burdos y arriesgados, tanto que las víctimas ya no caían tan fácilmente, algunas convirtiéndose en útiles testigos, que más tarde hicieron posible la captura de Bundy.

Pero llegó un momento en el cual las pruebas contra Bundy eran inobjetables. El 16 de agosto de 1975 un patrullero en servicio vio un Volkswagen que le pareció sospechoso y puso las luces largas para comprobar su matrícula. Ted, nervioso, se dio a la fuga. El sargento Bob Hayward solicitó ayuda de otras unidades y Bundy fue detenido poco después. En las primeras inspecciones fueron encontradas la palanca de metal - arma predilecta de Bundy - esposas, cinta y otros objetos que hicieron sospechar del detenido. Gracias a la desaparición de Melissa Smith, Laura Aime y Debby Kent, además de la colaboración de la directora de teatro a la cual pidió ayuda pero que ella nunca ofreció y, sobre todo, a la de Carol DaRonch, la chica a la que intentó matar pero consiguió huir, Bundy fue declarado como el asesino. La investigación a gran escala se inició entorno a un hombre: Theodore Robert Bundy.



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